El Camino Hacia la Felicidad: Una Decisión de Todos los Días

Probablemente hayas escuchado esa frase que dice más o menos que la felicidad es una decisión que debemos tomar todos los días.

Quizás estés de acuerdo. O tal vez, te parezca inadmisible.

Es difícil aceptar que no podés echarle la culpa a nada ni a nadie de tu estado actual, más que a vos mismo/a, ¿no?

“Yo no puedo controlar todo lo que me pasa, ni cómo me siento con las cosas que pasan”, podés pensar.

Y es cierto. Podés controlar algunas cuestiones, pero no el cómo te sentís con aquello que te pasa… hoy.

Lo que sí podés controlar, es lo que hacés con eso que sentís. Y generar determinados hábitos de conducta que te lleven, por ejemplo, a lugares de mayor paz frente a las circunstancias que no te agradan tanto.

Cambiar nuestras reacciones, con el tiempo, nos trae nuevas formas de tomarnos las cosas y de relacionarnos con el ambiente.

¿Me seguís?

Cambiando el guión

En Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, Stephen Covey dice que una forma excelente de ser proactivo es analizar y ser conscientes de en qué invertimos nuestro tiempo y energía.

Covey nos propone ver las cuestiones en términos de dos círculos: el círculo de preocupación y el círculo de influencia.

Dentro del círculo de preocupación hay distintos aspectos de la vida, muchos sobre los cuales no tenemos control.

En el círculo de influencia, están aquellos aspectos que sí podemos controlar.

Si centramos nuestras energías en el círculo de preocupación, se intensifican en nosotros las cuestiones negativas. Nos frustramos, nos volvemos intolerantes y tenemos sentimientos negativos.

En cambio, si centramos nuestras energías en el círculo de influencia, se crea una energía positiva producto de los buenos resultados que empezamos a obtener a partir de nuestras acciones.

La propuesta de Covey para las cuestiones fuera de nuestro control, es que desarrollemos respuestas diferentes. Que se produzca en nosotros un cambio de actitud.

Y aunque no podemos decidir cómo nos sentimos frente a lo que nos pasa, siempre, pero siempre podemos controlar la actitud que vamos a tener frente a esa misma cosa.

En este sentido, Covey menciona un gran elemento: el guión. Según este sabio autor, actuamos a partir de un guión, que vendría a ser algo en nuestro interior que determina nuestras acciones y reacciones, nuestra forma de ser frente a las circunstancias.

Ese guión es generalmente aquel que nos han transmitido, por cómo nos criamos, el contexto en el que crecimos, nuestras experiencias pasadas.

A lo largo de nuestra vida, si pasamos por un proceso de autoconciencia, podemos realizar un proceso de reescritura del guión a partir del cual actuamos.

“Cuando reconocemos los guiones inefectivos, los paradigmas incorrectos o incompletos que están en nuestro interior, podemos empezar a reescribir proactivamente nuestros guiones”, dice Covey.

Lo que hoy te propongo, entonces, es que a la luz de la autoconciencia, te tomes un momento (o lo que sea necesario) para revisar si los guiones a partir de los cuales actuás día a día se corresponden con quien vos querés ser en todos los ámbitos de tu vida.

Porque sólo siendo quien querés ser (tu verdadero yo), vas a lograr los objetivos que te propongas (y no al revés).

Te pongo un ejemplo: yo quiero ser una persona que reaccione de manera calma cuando se presenta un imprevisto.

Pero en la práctica, los imprevistos me desordenan, me sacan del lugar que había imaginado (e idealizado), me obligan a salir de la comodidad. Y como resultado de eso, mi reacción frente a los imprevistos tiende a ser sumamente emocional.

Lloro, me angustio o me enojo, y respondo desde ese lugar. Con frecuencia, me termino arrepintiendo de algo que dije o de una decisión que tomé en ese momento.

Una forma de reescribir mi guión sería pensar acerca de por qué los imprevistos me sacan tanto la paz, y tener un plan de salida o “protocolo de crisis” con acciones anticipadas frente a imprevistos, para poder reaccionar de acuerdo a mis valores y no a las emociones momentáneas.

Esto no es fácil, pero si hoy decidís que vas a reescribir el guión a partir del cual estás actuando en el día a día, puedo asegurarte que tu vida cotidiana va a acercarse cada vez más a la que soñás, porque vos vas a ser cada vez más esa persona que querés ser, y no la que sos de acuerdo al primer guión, aquel que tu familia, las circunstancias y otras personas escribieron por vos.

Generando nuevos hábitos

“Elegir tus hábitos es elegir quién quieres ser”. Santiago Salom. Episodio 263 del podcast de Superhábitos.

Uno de los pequeños (pero grandes) pasos hacia la vida que queremos es desarrollar hábitos que nos permitan hacer con mayor facilidad aquellas cosas que nos conducen a lograr nuestros objetivos.

Un error frecuente es pensar que como es algo que yo quiero, es fácil de hacer.

Entonces se supone que si yo quiero disfrutar más de las mañanas, levantarme temprano debería surgirme naturalmente, ¿verdad? y que si eso no sucede, entonces realmente no quiero levantarme temprano.

Bueno, no es tan así. Seguramente muchas veces te encontrás sumido/a en comportamientos que se te convirtieron en hábitos y que no necesariamente son saludables, es decir, no son lo que en realidad querés.

Pongamos la comida, por ejemplo. Me encantan las hamburguesas. Podría comerme una todos los días sin dificultad. Es más, si se me presenta la oportunidad de hacerlo diariamente, seguro me resulte muy difícil resistirme.

Pero todos sabemos que comer una hamburguesa todos los días no es un hábito saludable.

A veces confundimos las emociones (que son momentáneas) con nuestro querer (que es más duradero).

Los hábitos pueden ser buenos o malos, y son conductas que están profundamente internalizadas y que te conducen a determinado lugar.

El lugar al que llegues, va a depender de los hábitos que desarrolles. Como los hábitos son conductas arraigadas, no se generan de un día para otro, sino que tienen que ver con las decisiones que tomes todos los días.

No hoy, la semana que viene y una vez el próximo mes. Todos los días. Hoy, mañana, pasado y también ayer.

Y podés modificarlas a partir de hoy. No hace falta que esperes al lunes. Es cuestión de DECISIÓN.

No es fuerza de voluntad, es decisión

Quizás tener fuerza de voluntad y tener decisión parezcan dos cosas parecidas, pero no son lo mismo.

Cuando ponés todos los huevos de la canasta en la fuerza de voluntad, solamente vas a actuar cuando tengas ganas.

Nuestros hábitos (los buenos y los malos) son consecuencia de nuestras acciones diarias. Básicamente, cosechamos lo que sembramos.

La decisión, te ayuda a actuar tengas o no ganas, porque va más allá.

Si vos tomás la decisión de levantarte temprano todos los días, podés disponer el contexto para que esa acción te sea más fácil o más difícil de llevar a cabo.

Pero va a depender de las decisiones que tomes, y no de tus más o menos ganas de hacerlo.

En su libro Las 7 Leyes Espirituales del Éxito, Deepak Chopra explica que todo lo que nos sucede es producto de las decisiones que tomamos en el pasado.

El problema, dice Chopra, es que muchas veces tomamos decisiones de manera inconsciente. Y por eso luego nos vemos envueltos en circunstancias que no nos gustan.

El proceso que el autor propone para que no nos suceda esto, es simplemente volver conscientes nuestras decisiones:

“Si nos detenemos un momento y observamos las opciones que escogemos en el instante mismo en que las escogemos, ese simple acto de convertirnos en espectadores nos permite sacar todo el proceso del reino del inconsciente para traerlo al reino de la consciencia. Este procedimiento de elección y de observación conscientes da mucho poder”.

¿Te gustaría saber cómo desarrollar hábitos que te conduzcan a la vida que soñás? Leé mi artículo: El Poder de los Hábitos (Parte 3 de la Mega Guía Para Lograr la Vida Ideal)

Conclusión

Volviendo al principio, ¿puedo elegir cómo me siento frente a una circunstancia?

Probablemente AHORA no.

Pero con el tiempo, sí.

Si yo elijo no enojarme frente a algo que normalmente me produciría enojo, hoy quizás la situación me siga generando enojo.

Ahora, si ante esta misma situación, cada vez que suceda, elijo no enfocar mi energía en el enojo que me produce,  poco a poco mi cerebro va a encontrar nuevas formas de vincularse con esta situación.

Ya sea encontrando alternativas, ignorándola, o no dándole tanta importancia.

Porque la actitud también es un hábito, y uno muy importante.

La mente es muy poderosa, y nuestro comportamiento (el mío, el tuyo, el de todos) es en gran parte producto de las decisiones que tomamos todos los días.

Hoy, tengo una propuesta, para que pases de la vida que tenés circunstancialmente a esa que querés intencionalmente.

Mi propuesta para hoy es que elijas una o dos cuestiones de tu vida que quieras cambiar, y que hoy tomes la decisión de hacerlo.

Fijate qué hábitos te conducirán a aquél objetivo que tanto anhelás, y ponelos en práctica todos los días.

Vas a ver cómo pasito a pasito esa decisión consciente pronto pasa a ser una conducta internalizada, inconsciente. Antes de que te des cuenta, habrás elegido sobre otro aspecto de tu vida.

Si querés saber más acerca de cómo llevar esto a cabo, te recomiendo que leas los tres capítulos de mi Mega guía para la vida Ideal:

Cómo Lograr la Vida que Soñás – parte 1 (Mega Guía para Diseñar tu Vida)

Cómo Lograr la Vida que Soñás – parte 2 (Mega Guía para Diseñar tu Vida)

El Poder de los Hábitos (Parte 3 de la Mega Guía Para Lograr la Vida Ideal)

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