¿Sientes que tu estado de ánimo juega un papel negativo a la hora de alcanzar tus metas?
¿Crees que la frustración te tira para abajo y no te deja avanzar?
Pues es normal.
La productividad y el estado de ánimo están íntimamente relacionados. En general, un estado de ánimo bajo hace que nos cueste más lograr lo que nos proponemos.
En cambio, un estado de ánimo optimista y vital actúa como un motor para ponernos en acción.
Si bien el estado de ánimo no lo es todo a la hora de lograr nuestros objetivos, sí es un gran factor que influye en nuestra motivación diaria para hacer las cosas.
En este artículo encontrarás 5 tips para mejorar tu estado de ánimo y que tus días sean un éxito.
1. Llénate de lo Importante
Hace tres años estaba teniendo unos días muy difíciles.
No lograba ninguno de mis objetivos, me sentía frustrada y estaba enojada gran parte del tiempo.
Me dí cuenta de que los días más desafiantes eran aquellos en los que me sentía más frustrada. Trataba peor a la gente y tenía menos recursos para hacerle frente a situaciones difíciles.
Una simple pregunta bastó para que me diera cuenta de que algo andaba mal.
¿De qué te estás llenando?
No hace falta ser expertos para darnos cuenta de que la información que consumimos tiene un gran impacto en nuestro estado de ánimo.
En mi caso, comenzaba todos los días mirando el móvil al menos una hora antes de levantarme.
Para cuando me cepillaba los dientes, ya me había indignado por varios motivos, y estaba enojada con el mundo.
Además, mi mente estaba muy dispersa y me costaba encontrar foco para identificar lo importante del día.
Como estaba emprendiendo, tener control sobre mis acciones y avanzar en el emprendimiento, era clave. Y no lo estaba logrando. Mi estado de ánimo no ayudaba: me deprimía y me frustraba.
Así que el paso 1 fue suprimir el uso del móvil a la mañana. Desde que me despertaba hasta que terminaba de desayunar, no activaba internet. Pero eso no fue todo.
Reemplacé el uso del móvil por la lectura de un libro espiritual, un libro que me conectara con lo que de verdad para mí es importante.
Y pronto, mis días comenzaron a cambiar.
Me sentía más conectada conmigo misma y con lo que quería, y tenía mayor sensación de logro. Es que al terminar de desayunar, ya había hecho algo relevante para mí: alimentar mi espíritu.
Con el correr de los meses, la lectura matutina se convirtió en un hábito irreemplazable. Todos los días leía mientras desayunaba. Y mis días comenzaron a mejorar de a poco. Tenía mayor claridad de mente.
Esto no lo digo para hablar de mí, sino para ilustrar de manera concreta cómo nos afecta aquello que consumimos.
Hacer cosas que disfrutas y controlar la información que consumes hará una gran diferencia en tu vida.
Algunos consejos para llenarte de lo importante:
Reduce el Consumo de Noticias a lo Estrictamente Necesario
¿Qué te generan las noticias? Apuesto a que en la mayoría de los casos, no muy buenas sensaciones.
Si bien estar informado es importante, estar sobre informado es contraproducente.
Si observamos una noticia en cualquier formato, podremos detectar que trae algunos datos importantes y el resto es información de relleno.
Si observamos un conjunto de noticias, podremos ver que muchas son en realidad la misma noticia repetida una y otra vez con el fin de mantenernos consumiendo información que en realidad no necesitamos.
Así que lo ideal es informarse solamente en su justa medida. Y ser proactivos en la búsqueda de información en medios oficiales, en lugar de consumir pasivamente lo que determinado medio nos ofrece (pero eso ya es tema para otro post. Si te interesa que hable de esto, házmelo saber en los comentarios).
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Como diría Sergio Fernández, conferencista, emprendedor y autor, haz una dieta hipo informativa.
Mi consejo es que reemplaces el consumo matutino de noticias por la lectura de algún libro que te guste (¡piensa en aquél libro que llevas años queriendo leer pero nunca tienes tiempo!).
Si no eres fan de la lectura, puedes escuchar un podcast acerca de temas que te interesen y te generen buenas sensaciones, o música que te guste.
Pasa más tiempo consumiendo cosas que te nutran, te interesen, te gusten y te hagan sentir bien que noticias, videos estériles o redes sociales en exceso.
Medita
Guardarte algún momento del día para meditar o hacer oración es una buena manera de conectarte con lo importante.
Además, meditar ayuda a calmar la mente y hacer foco.
Haz más actividades que te gusten: revisa cuánto tiempo consumes cosas que no te aportan y cuánto tiempo a la semana te guardas para el disfrute. Te dará un parámetro de cuánto dedicas a lo importante y cuánto a lo no importante que incluso puede ser nocivo para ti.
Haz Planes con Otros
Muchas veces tu ánimo puede verse afectado por el aislamiento. Si bien no todos amamos salir de casa, es necesario que mantengamos un justo equilibrio, aquél que nos haga bien.
Pregúntate a quién te gustaría ver y queda con esa persona.
Pasar tiempo con otros tiene efectos muy positivos. Nos da claridad de mente, nos enriquece, nos resulta un alimento para el alma, nos da otra perspectiva y nos saca de nosotros mismos.
¿Cómo es tu estado de ánimo cuando pasas muchos días solo, haciendo tu vida cotidiana, yendo de un lado al otro o quedándote en tu casa, versus cuando ves a tus seres queridos o cuando quedas con un colega?
2. Rodéate de las Personas Adecuadas
Hace poco alguien me contó que tenía un grupo de amigos de la infancia con el que no se sentía cómodo.
Cada vez que estaba con ellos la conversación consistía en insultar a alguien que no estaba, o en burlarse de alguno de los presentes.
Tenía con ellos también un grupo de Whatsapp en el que los días que había actividad, lo único que enviaban eran chistes de mal gusto o videos obscenos. Cuando quería interactuar con ellos seriamente, para cultivar la amistad, la mayoría de las veces no contestaban o se burlaban de él.
Cuando esta persona les compartía algún logro o alguna idea que podía resultar en un emprendimiento, sus amigos no le prestaban atención o cuestionaban sus ansias de cambiar o de crecer, porque él tenía un buen trabajo.
La verdad es que él no se sentía bien porque en realidad ya no se identificaba tanto con la forma de ser de aquellas personas. Pero eran sus amigos “de toda la vida”.
Puede que a tí te pase lo mismo, sea con amigos o incluso con alguien de la familia, o con un grupo de gente del trabajo o de otro ámbito.
Como seres sociales, es súper importante que nos vinculemos con otros. Es lo que nos ayuda a crecer y nos hace sentir plenos
Pero a veces es necesario revisar nuestros vínculos y elegir aquellos con quienes sí queremos seguir teniendo relación y aquellos con los que no.
E incluso de esa manera, puede que no podamos compartir todo con todos. Con algunas personas compartimos algunas cosas y con otros otras.
Por eso el segundo tip para gestionar tu estado de ánimo de manera positiva y hacer que juegue a tu favor, es rodearte de personas que te hagan sentir bien, a quienes realmente ames o con quienes tener un vínculo sea realmente enriquecedor para ambas partes.
Parte de vivir con propósito es asegurarnos de que cada instante de nuestra vida vaya a lugares en los que realmente podemos tener un impacto positivo, donde podemos realizarnos y hacer que otros se realicen.
Invertir tiempo y energía donde sientes que no puedes producir nada bueno es no desplegar tus talentos al máximo.
3. Comienza el Día con Una Victoria
Sé que suena super trillado, pero de verdad no puedo explicarte lo útil que resulta comenzar el día con una victoria. Pruébalo durante una semana, y luego me cuentas.
Haz algo relevante al comienzo del día. Piensa en qué problemas de fácil resolución tienes. Los típicos “no me da el tiempo”.
Algunas formas de comenzar el día con una victoria, son:
- Hacer la cama
- Ordenar aquella mesa que siempre es un caos
- Desayunar
- Hacer ejercicio
- Leer
- Levantarte con la alarma
- Lavar los platos que usaste para comer
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4. Deja de postergar
Hace dos años, me resultaba imposible levantarme con la alarma. Sonaba y la postergaba durante dos horas, o la apagaba y seguía durmiendo, a pesar de que yo había decidido levantarme a esa hora el día anterior cuando había puesto la alarma.
La realidad es que a pesar de que seguir durmiendo me gustaba, la gratificación sólo duraba un poco, para dar pronto lugar a algo muy feo: la frustración.
Así que comencé a dejar el móvil lejos de la cama. Todas las mañanas, debía levantarme si quería que la alarma dejara de sonar. Una vez que me levantaba, descubría que no era tan terrible. Que todo aquel sueño que sentía se desvanecía en unos pocos segundos.
Una de las cuestiones que más afecta el estado de ánimo es postergar aquello que nos resulta un desafío.
Así, postergamos la alarma por las mañanas, procrastinamos nuestros quehaceres durante el día y no llamamos a las personas con las que nos gustaría conversar.
Postergar la alarma puede darte una satisfacción instantánea de seguir durmiendo, pero apuesto a que la mayoría de las veces luego te levantas frustrado y con una sensación de derrota.
Comenzar el día con una derrota es muy negativo para nuestro estado de ánimo.
Dejar una tarea para la nebulosa del después puede darte una gratificación instantánea por no realizarla y quedarte descansando. Pero esa tarea comienza a pensar en tu mente generando un estrés residual que llevas contigo a todas partes y puede convertirse en ansiedad.
Esta semana, proponte resolver en lugar de postergar. Incluso descubrirás que aquello que tanto postergabas no era tan malo y tan difícil después de todo.
5. Toma Decisiones con Antelación y Respétalas
¿Alguna vez cancelaste una reunión o encuentro con alguien a último momento? ¿te sentiste desmotivado durante ese día?
Muchas veces me pasa que en el afán de querer hacer más cosas empiezo a cancelar otras. Decido en el momento, contradecir mi decisión anterior acerca de a qué destinar mi tiempo.
La mayoría de las veces que haces un plan, estás con la mente más despejada y tranquila que en el momento en el que tienes que llevar a cabo la acción que planificaste.
Entonces una regla de oro a la hora de gestionar tu estado de ánimo para que juegue a tu favor, es respetar las decisiones que tomaste en un momento de calma.
Si a la noche decides que al día siguiente te levantarás a las 6 de la mañana, probablemente no sea una buena idea “decidir” seguir descansando una vez que te suena la alarma.
Si decidiste que el martes a las 5 de la tarde te juntarías a merendar con tu mejor amigo, cancelarle durante el día seguramente te hará sentir culpable y es probable que no uses ese tiempo “ganado” para algo productivo.
El cerebro siempre va a querer tomar el camino que le ofrezca menos resistencia.
Quizás encontrarnos con alguien es más «difícil» que hacer otra cosa solos, o levantarnos con la alarma como queríamos nos supone más esfuerzo que seguir durmiendo.
Pero esa satisfacción instantánea dura muy poco y se transforma en una horrible sensación de frustración que arrastramos todo el día.
Por eso, si quieres tener un estado de ánimo que te ayude a concretar tus objetivos, es importante respetar las decisiones que has hecho en momentos de quietud y de paz.
Obviamente que los planes necesitan dar cierto lugar a la flexibilidad. Nuestras decisiones no siempre son acertadas y si el contexto nos lo demuestra o si surge una urgencia, está perfecto modificar los planes.
Pero te invito a que reflexiones antes de decidir algo distinto de lo que habías decidido con antelación.
¿Responde a que lo que tenemos que hacer nos saca de la zona de confort, o a una necesidad real de hacer algo distinto?
Dar lugar a la resistencia y cambiar de planes sobre la marcha, lejos de proporcionarnos satisfacción, nos hace sentir culpables y nos frustra con nosotros mismos.
Sobreponernos a las pequeñas resistencias que nos pone nuestro cerebro nos proporciona una satisfacción más duradera que es la de concretar planes y objetivos.
Para Cerrar
Tu estado de ánimo juega un gran papel a la hora de hacer las cosas y conseguir lo que te propones. Tratar de que este sea el mejor posible y que juegue a tu favor es una herramienta muy poderosa a la hora de conseguir aquello que te propones.
Parte de construir la vida que deseamos se trata de vencer las pequeñas resistencias que nos pone nuestro cerebro en su afán por sobrevivir con el menor gasto de energía posible.
Estar atento a las emociones es clave para tener una vida saludable. Pero prestarles atención no significa guiarnos por lo que estas nos dicen que hagamos, sino aceptarlas pero saber determinar cuál es el curso de acción más conveniente.
Separar las emociones de las acciones es vital para conseguir tus objetivos. Las emociones son pasajeras. Tu querer más profundo es duradero.
En este artículo te dí algunos tips y herramientas para controlar tu estado de ánimo y hacer que juegue a tu favor, en base a mi propia experiencia y a la voz de expertos que llevo años leyendo y escuchando.
Como siempre, ¡espero que te sirvan!
Cuéntame, ¿tienes algún otro tip para controlar tu ánimo y hacer que este juegue a tu favor?