El Lado B de Migrar

“A la entrada de un pueblo había un anciano sentado. Apareció entonces un muchacho y le preguntó al hombre:

-¿Cómo es la gente de este pueblo? Es la primera vez que paso por aquí y lo desconozco. El anciano replicó:

-Y… ¿cómo son los hombres del sitio de donde vienes?

-Son desconfiados, reservados, violentos, estafadores… Por eso he dejado mi casa y mi trabajo -respondió el joven.

-Así son los hombres de aquí -dijo el anciano.

El forastero se marchó en busca de mejor suerte. Al poco tiempo, llegó a la entrada del pueblo otro joven forastero montado en su yegua. Paró junto al pozo a refrescarse e hizo la misma pregunta al anciano:

-¿Cómo es la gente de este pueblo? No soy de aquí y no sé nada de este lugar. El anciano volvió a preguntar:

-Y… ¿cómo son los hombres del sitio de donde vienes?

-Son buenas personas, abiertas, generosas, bondadosas…

-Aquí la gente es igual -dijo con una sonrisa el anciano.

ANÓNIMO

Extraído de Vivir con Abundancia, de Sergio Fernández.

Elegí este fragmento de un libro para empezar el artículo de esta semana porque me pareció el más indicado para hablar del lado B de migrar.

¿Qué significa lado B? Pues un lado “menos conocido” de migrar.

Muchas veces el mudarse a otro país se idealiza o incluso se critica poniéndolo como “la opción fácil”.

Por eso, en este artículo quiero hablarte de los aspectos menos pintorescos de migrar, basándome en experiencias propias y ajenas que escuché/leí por ahí.

Como dije en ocasiones anteriores, soy consciente de que la migración es una experiencia puramente personal, y como tal, diferente para todos.

Hay tantas experiencias de migración como personas que migraron.

De todos modos, hay ciertos aspectos que son comunes a la mayoría de las personas que elegimos vivir en otro país.

Por eso, este artículo.

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Antes que nada me gustaría hacer una aclaración. Mucho en este artículo puede sonar negativo.

Pero yo estoy muy feliz de haber migrado, como te conté en el artículo de la semana pasada.

Hablar de Lado B, implica necesariamente poner sobre la mesa los aspectos conflictivos.

Por eso, te invito a leer este artículo con una mirada positiva y a recibirlo con la mente abierta.

Como siempre, todo lo que comparto en mi blog es para ayudar a otros que van transitando este camino de abandonar la vida circunstancial para crear la vida ideal.

Si quieres aprender cómo vivir con desapego, lee también: Desapego: La Clave Para Conseguir lo que Deseas

Lo mejor que puedo hacer es compartir los recursos que a mí me sirven y que considero valiosos en este trayecto. Tal es el objetivo de este blog.

Seguramente si estás pensando en migrar, vas a encontrar recursos valiosos para tomar tu decisión.

Si no lo estás considerando pero tienes algún conocido que sí, te servirá para entender más (o no) su decisión.

Además, puedes compartirle este artículo.

A continuación, aspectos frecuentemente ignorados (o deliberadamente dejados afuera) cuando se habla del tema de migrar.

Mitos

Algo que abunda alrededor del tema “migrar” son los mitos.

Ideas que leo/escucho frecuentemente de boca de muchos.

Lon medios de comunicación son los primeros. Pero también en amigos, conocidos o personas en los múltiples grupos de Facebook de “argentinos en…”.

1. “Si sobreviví a lo que pasa en mi país, puedo con todo”.

Este es un mito muy común.

Puedes tener la impresión de que porque sobrevives a condiciones de vida menos favorables en tu país, como inflación, inseguridad, mala infraestructura, bajo poder adquisitivo, baja calidad educativa y sanitaria, podrás entonces fácilmente adaptarte al país nuevo y todos sus desafíos.

Y hay algo que es verdad.

La ausencia de las dificultades de los países llamados del “tercer mundo” en los del “primer mundo” permite enfocarse mejor en cuestiones más elevadas como tus propios objetivos de vida.

Pero cuidado. Porque la otra cara es dura.

Hay otras cosas muy valiosas para ti que probablemente te van a faltar en el nuevo país.

Amigos y familia cercana, planes usuales para los fines de semana con ellos, tu comida típica, el compartir los códigos con el resto de los habitantes del nuevo lugar, rituales y rutinas que tenías en tu lugar de origen, saber qué hacer cuando tienes un problema, etc.

Tampoco te será tan fácil hacerte un lugar.

Si no tienes trabajo, conseguir vivienda suele ser más complicado de lo que sería en tu país, por ejemplo.

Nuevamente, aclaro que esto es muy personal, pero en lo general, adaptarte a un nuevo estilo de vida por más que sea en mejores condiciones materiales implica desafíos emocionales fuertes.

Minimizar esto hace que cuando estás donde pensabas que querías, te sientas mal con frecuencia y padezcas altibajos emocionales, estrés y ansiedad.

Saberlo de antemano, no idealizar y poner todas las cartas sobre la mesa hace la diferencia.

2. “Allá con un sueldo de camarero estás hecho”

Sería millonaria si cobrara por cada vez que leo/escucho esto.

Pensar que llegas al país y consigues trabajo en dos segundos. Y que luego estás salvado de por vida.

Es verdad que el poder adquisitivo de trabajos de oficio o que requieren menos estudio es mayor en los países de europa que en otros países de regiones como latinoamérica.

Pero primero, no en todos los lugares es fácil conseguir trabajo siendo exranjero (por más que en el país al que hayas migrado abunde el trabajo).

Muchos empleadores tienden a descartar CVs de extranjeros ante la duda de la legalidad para trabajar, o si van a saber realmente cómo hacer el trabajo en el nuevo país, conectar con los clientes, etc.

Especialmente si no hay experiencia laboral previa en ese país, aunque tengas mucha en el mismo rubro en tu lugar de origen.

En segundo lugar, con frecuencia subestimamos determinados trabajos porque pensamos que son fáciles.

Como el de dependiente o camarero. Pero son trabajos desafiantes y que no es fácil hacer si no te gustan.

Así que por más que “con un sueldo de camarero” estés bien para vivir, luego debes ir a trabajar de camarero, y si no te gusta, esto será muy desgastante para tí.

Lee también: Qué es Vivir con Propósito y Cómo Lograrlo

3. “Te la pasas viajando porque todo está más cerca”

Este mito es uno de los peores, pero porque el choque con la realidad es tremendo.

Hay varios “tipos” de migrantes.

Están los que llegan y se ponen a hacer turismo gastando todos sus ahorros porque piensan que los recuperarán fácilmente.

Los que no gastan nada hasta conseguir trabajo.

Los que llegan con dinero para vivir por años sin preocuparse (los menos).

O los que directamente se fueron sin ahorros.

Pensar que te la pasarás viajando apenas llegues es una expectativa demasiado alta.

Puede que tengas todo bien planificado, consigas un buen trabajo pronto o seas nómada digital.

Pero en la mayoría de los casos, cuando llegas te pones a trabajar (si tienes la fortuna de conseguir trabajo relativamente rápido).

Y no tienes tiempo de viajar porque… debes ir a trabajar, como lo hacías en tu país. ¿O acaso en tu país te la pasabas viajando?

Lee también: La Semana Laboral de 4 Horas: Imperdible Guía Paso a Paso Para Diseñar tu Vida

4. “Hablamos el mismo idioma”

Si te mudas a un país que habla el mismo idioma como en mi caso, en España, puedes correr el riesgo de pensar que tienes “una barrera menos” que pasar.

Si bien eso es verdad (y hasta cierto punto y facilita mucho las cosas) hay otra verdad también.

Los gestos, las expresiones y la forma de comunicarse cambian radicalmente.

La comunicación va más allá del idioma. Tiene que ver con usos y costumbres, formalidades, etc.

Por ejemplo, en Argentina somos muy cercanos e informales para comunicarnos. Sea que estemos hablando con nuestra madre, un profesor, un sacerdote o con el mismísimo Presidente.

Aquí en España mi experiencia es que son menos cercanos a la hora de comunicarse, y demoran más en entrar en confianza y es menos común reunirse en la casa del otro.

Si bien hablamos el mismo idioma, por supuesto hay expresiones típicas de cada país y en ciertas regiones es difícil hasta entender algunas palabras.

Lo que puedo aconsejarte es que cuando llegues a un país, no des nada por sentado.

Ponte en papel de observador e intenta aprender a usar las expresiones que los nativos usan para comunicarse. La empatía es el lenguaje universal.

Hasta aquí los mitos.

A continuación, quiero contarte acerca de otros aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de migrar a otro país.

Te Pierdes de Cosas

Cuando migras, te alejas de tus seres queridos. Ellos continúan sus vidas en el país de origen.

Y aunque esto parece obvio, con frecuencia es uno de los aspectos menos tenidos en cuenta por aquellos que migran.

Cuando estés en tu nuevo país, te enterarás de noticias lindas como nacimientos, bodas, promociones laborales, etc., y no tan buenas como fallecimientos, enfermedades, rupturas, accidentes, entre otros.

Estar lejos cuando tus seres queridos viven esos momentos importantes de sus vidas es difícil.

Por un lado, no puedes compartirlos con ellos. Por otro, sientes que “te pierdes” de determinadas cosas.

Tendrás sobrinos que no conozcas, habrá eventos a los que no podrás asistir y de los que todo el mundo hablará después.

Te sentirás “fuera” de ese círculo tan íntimo tuyo.

Es importante saber esto.

No porque así no vayas a sufrir, sino para considerarlo antes de migrar. ¿Serás capaz de soportarlo o no? Hazte esta pregunta.

Lee también: Herramientas Fundamentales Para una Vida con Propósito

No Eres de Aquí ni de Allí

Cuando migras, hay una parte de tí que cambia para siempre. Ahora vives en otro lugar, con otras costumbres y cosas que tus compatriotas no comparten.

Tu realidad del día a día es distinta de muchos aspectos de la cotidianeidad de tus seres queridos.

Por otro lado, cuando te vas, la vida allí continúa sin tí.

Las personas crecen, cambian de trabajo, se casan, se separan de sus parejas, tienen hijos, estudian cosas, viven experiencias… siguen viviendo, digamos.

Y tú estás en otro lado mientras eso ocurre. Ya no formas parte de esa realidad cotidiana.

Cuando vuelves a tu país de origen, probablemente notes que tu identidad se conformó con las nuevas costumbres, expresiones y formas del país al que migraste, y tus seres queridos lo notarán.

Quizás, incluso te hagan algún comentario.

Notarás que cuando viajas a tu país de origen ya no te comportas igual que antes. Tus dinámicas han cambiado.

Y las vidas de tus compatriotas han seguido y también serán distintas.

Por otro lado, en tu nuevo país nunca serás un nativo, por mucho que te acostumbres y por más expresiones del lenguaje que adquieras.

No naciste, creciste y viviste allí desde el principio.

Probablemente no hayas ido a la escuela allí, institución que cumple un importante papel a la hora de forjar identidades y formas de ser.

No eres de aquí ni de allí. La vida en tu país continuó y ya no eres parte. Y en el país nuevo tampoco eres un nativo.

No es fácil a la hora de pensarte a tí mismo, y de entender cuál es realmente tu identidad.

Esto no es necesariamente algo negativo.

Al igual que todos los aspectos mencionados en este artículo, es sólo algo a tener en cuenta a la hora de decidir si migrar o no.

Lee también: Potencia tu Vida con el Minimalismo (+Tips Para Adoptar Una Vida Minimalista)

Choques Culturales

En todo país, por más parecido que sea al de origen, hay choques culturales.

Cosas que no se dicen de la misma forma, distintas maneras de ser y de actuar.

Por ejemplo, aquí en España, cuando llegamos, uno de los primeros choques culturales para nosotros fue la concepción del tiempo.

Originarios de la ecléctica Buenos Aires, estábamos acostumbrados a ir a un ritmo bastante acelerado. A tener “todo ya”.

Cuando llegamos a Granada, los tiempos eran totalmente distintos.

A la hora de averiguar por alquileres por ejemplo, estábamos bastante apurados por conseguir vivienda.

Cuando llamábamos a las inmobiliarias para quedar para ir a ver pisos, nos preguntaban cuándo los necesitábamos y les decíamos cuanto antes.

Entonces nos preguntaban si en tres días podíamos ir a ver uno.

Nosotros esperábamos ir en el momento, no tres días. Tres días es muchísimo.

Cuanto antes, para ellos significaba esta semana quizás, para nosotros significaba dentro de esta misma mañana.

El día más frío del invierno se nos rompió la calefacción. Era jueves. Hablamos con la persona a cargo del alquiler y nos dijo que el martes vendría un técnico.

Casi me muero. ¿¡Cómo el martes!? Cinco días más tarde. Hacía muchísimo frío y no teníamos agua caliente. Afortunadamente se arregló al día siguiente.

Otro gran choque cultural puede darse alrededor de la comida, o de los horarios.

No puedo explicarte lo que me costó acostumbrarme a que aquí en Granada los supermercados, los centros comerciales y la mayoría de las tiendas no abren los domingos, por ejemplo.

O que cierran a las 14 horas y vuelven a abrir alrededor de las 17.30.

O que no existe el “kilo de helado” artesanal, ni el delivery de helados.

Que muchas viviendas no tienen horno y que varios productos súper comunes en mi dieta no estaban tan fácilmente accesibles en los supermercados.

Conclusión

Muchas veces a la hora de migrar miramos todo aquello que va a ser mejor y elegimos no considerar los aspectos no tan positivos o incluso pensamos que no los hay.

Si vas a migrar, es importante entender que es un proceso complejo, lleno de contrariedades así como de experiencias maravillosas pero desafiantes.

Si a pesar de todo eliges migrar, ten seguridad de que estás listo/a pero que vas a encontrar desafíos.

Es importante hacer un proceso de autoconocimiento que te ayude a saber cómo te comportarías o cómo te sentirías si pasara tal o cual cosa.

Estar preparado no hará que no te suceda nada malo, pero definitivamente te ayudará a actuar de la mejor manera ante desafíos y contrariedades.

No es lo mismo que todo te ocurra por sorpresa, a que ya tengas un panorama de las cosas que pueden sucederte para estar listo y preparado para reaccionar.

Y luego, estarán los imprevistos. Y eso es lo que hace la experiencia de aventurarse a lo desconocido, interesante y enriquecedora.

Y tú, ¿migrarías? ¿harías un viaje largo? Déjame tu opinión/experiencia/ lo que quieras en los comentarios.

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Un comentario

  1. Me parece super interesante todo lo expuesto en el artículo, aunque hay veces en que en ese proceso de autoconocimiento uno siente que puede hacerlo pero en la realidad no. Y quizás también pase al revés. Más allá de eso, agradezco lo expuesto ya que es necesario saber qué es lo que puede pasar a la hora de elegir migrar, tanto lo positivo como lo negativo.

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