¿Te pasa que a veces piensas que es imposible vivir con una actitud positiva, cuando sientes que el mundo está tan mal?
¿Cuando abres las noticias y sólo ves cosas malas?
¿Cuando basta salir a la calle para ver cómo la gente no se preocupa por el otro, cómo todos viven centrados en sí mismos?
Es difícil sentir que vives en un mundo abundante cuando todo parece indicar lo contrario, pero…
¿Qué tal si te dijera que en realidad es al revés?
El mundo tiende al bien, y el mal es una mínima porción de la realidad. El problema está en el foco.
Tendemos a ver aquello que predomina en nosotros. Lo bueno, es que ahora que lo sabes, puedes operar sobre ese foco.
En el mundo hay más bien que mal, pero el mal hace más ruido y tiene más amplificadores que se encargan de que tú pienses que lo que predomina en este mundo son las cosas malas. La desgracia, el egoísmo, la pobreza, la guerra, el desinterés.
Esto, hace que tu mente se sitúe en un lugar de total desesperanza.
Y te conduce a actuar de manera automática desde una mentalidad que consiste en creer que la vida que tienes (aunque no te guste) es la vida con la que debes conformarte.
Pero hay otra mirada, y es la de la abundancia.
En este artículo te daré algunas claves para empezar a ver el mundo con una mentalidad de abundancia.
Puedo asegurarte que llevándolas a tu vida, comenzarás a ver que el mundo es un lugar maravilloso lleno de cosas buenas y que lo malo es sólo una mínima parte de ello.
Continúa leyendo si deseas dejar atrás ese yo quejoso, si quieres dejar de vivir en constante indignación y estrés por la realidad que te rodea.
Si, como yo, eres de aquellos que quieren aportar su granito de arena y generar consciencia en las personas de alrededor, sigue leyendo.
¿Quieres vivir con propósito a partir de hoy? Lee también: Herramientas Fundamentales Para una Vida con Propósito
De la Escasez a la Abundancia: Un Cambio de Mentalidad
Hace no mucho, yo era una persona que vivía indignada con todo lo malo que pasaba.
Y me encargaba de que todos a mi alrededor compartieran mi indignación.
Es verdad que para indignarnos no faltan motivos.Y está muy bien querer solucionar los problemas del mundo. Pero pronto descubrí que hay una forma mucho más constructiva de hacerlo.
Y para eso, hay que “sitiar” la mente en un lugar específico. El de la consciencia de abundancia.
Y ojo, vivir con abundancia no se trata de hacer oidos sordos a la realidad, sino de abordar la realidad con toda su complejidad desde una mentalidad positiva. Una mentalidad abundante.
Esto te permitirá actuar no desde la bronca, el odio o la indignación, sino desde el anhelo de aportar más valor al mundo.
Y eso, es un cambio de actitud, que tiene un impacto directo en los resultados. Porque como veremos más adelante, la actitud multiplica.
Puedes vivir desde la abundancia o desde la escasez.
La mentalidad de escasez limita tu vínculo con las personas, con el dinero y las posesiones materiales, contigo mismo y con todos los aspectos de la vida.
Porque la escasez es una barrera que pones entre tí y el mundo.
La mentalidad de abundancia, en cambio, es un puente que te conecta de la manera más directa, sana y plena con todo lo que hay en este mundo y te permite disfrutar del vínculo con otros, contigo mismo, con el dinero, las posesiones materiales y toda circunstancia que haya en tu vida.
Si quieres vivir desde la abundancia, descubre también qué es vivir con propósito. Lee: Qué es Vivir con Propósito y Cómo Lograrlo
Qué es Vivir con Abundancia
Básicamente, vivir con abundancia se trata de ser consciente de que el mundo es un lugar maravilloso lleno de cosas buenas y que nuestra vida es un don, un regalo. Y como tal, merece la pena vivirla al máximo. Con felicidad, con plenitud.
Uno de los mayores resultados de quienes viven con abundancia es que aportan valor.
Descubren su talento, y cuando lo ponen a funcionar tienen un impacto positivo en la vida de los demás. Es decir, gracias a una mentalidad de abundancia, viven con propósito.
“Pero… ¿Cómo se hace? De verdad lo he intentado. Pero la realidad que me rodea me sobrepasa”.
Vivir desde la abundancia requiere de un proceso de autoconocimiento y de sitiar la mente en un lugar distinto del que probablemente estaba: el de la escasez.
Podemos tomar personas de la historia que a pesar de las realidades complejas que las rodearon, siempre transmitieron felicidad, paz, entrega y misión.
Personalidades como Madre Teresa de Calcuta, Mahatma Gandhi y tantos otros. Estas personas tenían todas algo en común y es que estaban muy conectadas con la espiritualidad y con su verdadero ser.
Porque sabían que la abundancia viene del interior, y no depende de las circunstancias exteriores.
A continuación, te daré algunas de las herramientas que me vienen funcionando en este camino que estoy transitando para ver el mundo en clave de abundancia.
Te aseguro que una vez que comiences a implementarlas en tu vida notarás un cambio rotundo en tu manera de ver y vivir la vida.
Ser, Hacer, Tener
Con frecuencia solemos pensar que necesitamos Tener determinada cosa (por ejemplo, indumentaria deportiva de primer nivel) para poder Hacer lo que se necesita (imaginemos, entrenar todos los días) para Ser determinada cosa (supongamos, un deportista de alta categoría).
- Necesitas tener dinero para poder renunciar a tu trabajo y así ser emprendedor/a.
- Necesitas tener una pareja estable para hacer las cosas bien y convertirte en una persona honrada.
- Debes tener más tiempo para hacer actividades con tus hijos y ser un buen padre o una buena madre.
- Deseas tener muchos amigos para hacer actividades recreativas y así ser una persona feliz.
Puedes completar la frase como más te apetezca:
Para Ser _______ tengo que tener _______ y hacer _________.
Pero en realidad, una persona que ve el mundo en clave de abundancia, sabe que primero hay que Ser, para luego Hacer y así Tener.
Así, debes convertirte en emprendedor para hacer lo que necesitas para generar un negocio rentable y luego tener el trabajo de tus sueños.
Necesitas ser una persona hornada para hacer las cosas bien y tener una pareja estable.
Debes convertirte en un buen padre para hacer actividades con tus hijos y así tener más tiempo para disfrutar con ellos.
Necesitas ser una persona feliz y completa para hacer actividades recreativas y tener así muchos amigos si así lo deseas.
Necesitas convertirte en la persona que hace lo que lleva a obtener los resultados que anhelas.
Al depositar tu fe en quién eres (que es algo que depende de tí) en lugar de en lo que tienes (que a buenas y primeras depende de otros o de las circunstancias), lograrás una mentalidad de abundancia que te permitirá construir una vida plena.
Lo que tienes y lo que haces, es el resultado de ser el tipo de persona que eres.
Si eres un ladrón, robarás y tendrás cosas ajenas. Si eres una persona honrada, trabajarás y tendrás los frutos de ese trabajo.
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Tu Actitud Multiplica
Muchas veces enfocamos nuestros esfuerzos en las competencias. En desarrollar ciertos conocimientos que nos permitan ser capaces en determinadas áreas.
Entonces si quieres promover tu emprendimiento en las redes sociales, te capacitas en marketing digital.
Si deseas que las personas se adhieran a tu causa, quizás hagas un curso de oratoria y te presentes en diversas conferencias y eventos.
Si lo que anhelas es conseguir un trabajo, haces foco en todo lo que sabes hacer relacionado con el puesto.
Eso está muy bien. Pero a veces las competencias nos parecen tan importantes que opacan otro aspecto fundamental, que es la actitud.
Las competencias, suman. Pero la actitud multiplica.
¿Cuántas veces has visto personas mucho menos entrenadas que tú en términos de capacidades, obtener mejores resultados, por su actitud?
Piénsalo. Todos tuvimos aquél compañero de escuela que nunca estudiaba ni hacía la tarea pero igual obtenía buenos resultados.
Porque eran carismáticos y todos querían prestarle su tarea. O porque tenían una actitud positiva y los profesores estaban mejor predispuestos ante sus faltas.
Piensa en aquel o aquella compañera de trabajo que siempre está un paso por delante, porque tiene una excelente actitud. Quizás llegue siempre temprano, o recuerde los cumpleaños, o se muestre positiva e inspiradora cuando hay alguna mala noticia.
Esa persona que en lugar de criticar a la o el gerente poco capaz, se enfoca en hacer su trabajo lo mejor posible y trata de subsanar los errores cometidos por estos.
Quizás hayas escuchado esto de que la actitud multiplica. Pero veámoslo de manera gráfica para comprender y dimensionar mejor su magnitud.
Si la actitud es 10, entonces 2X10= 20. Pero si la actitud es 0, entonces 2X0=0.
Si la actitud es 0, los resultados siempre son nulos, por más que las capacidades y talentos abunden.
Piensa ahora tu actitud todos los días. Incluso en aquel trabajo que no te gusta. Si tienes una buena actitud, los demás estarán mejor predispuestos y las oportunidades llegarán hacia tí.
Esto es vivir con abundancia.
Pero si tienes una mala actitud (de manera justificada o no), los demás pasarán de ti. Esto, es vivir desde la escasez. Es pensar que los demás no se merecen tu buena actitud, y restringirla solamente a quienes piensas que sí la merecen.
Estarás escatimando en agregar valor al mundo. Estarás limitando tu acción al accionar de los otros.
Y por lo tanto, estarás poniendo una barrera a la abundancia.
Ejemplos de acciones en las que las personas ponen una barrera a la abundancia y deciden por voluntad propia vivir en la escasez:
- Nunca valoran mi trabajo. Dejaré de esforzarme porque las cosas se hagan bien.
- Esta persona me ha insultado. La insultaré yo también.
- Él no se preocupa por mi bienestar, así que yo tampoco me preocuparé por él.
- Siempre soy yo la persona que pide perdón. Esta vez, que dé el paso el otro.
- Este vecino es un maleducado. Seré yo también maleducado con él.
- Mi trabajo me paga poco. Comenzaré a llevarme bolis y rotuladores a casa.
- Mi jefe siempre me maltrata. Comenzaré a llegar tarde todos los días.
Cuando piensas el valor que agregarás al mundo en función de lo que recibes, estás eligiendo vivir en la escasez.
Ejemplos de acciones que podemos hacer para vivir en la abundancia:
- Esta persona me ha insultado. Le devolveré una sonrisa y le ofreceré mi ayuda.
- Nunca valoran mi trabajo. Intentaré dar lo mejor de mí de todos modos.
- Él no se preocupa por mi bienestar. Quizás pueda expresarle lo que me pasa y preguntarle si necesita mi ayuda.
- Siempre soy yo quien pide perdón. Esta vez, también daré el primer paso para reconciliar el vínculo.
- Este vecino es un maleducado. Intentaré sonreírle y ofrecerle mi ayuda cada vez que pueda.
- Mi trabajo paga poco. De todos modos, daré lo mejor de mí siempre y me buscaré mientras tanto un trabajo que pague mejor.
- Mi jefe siempre me maltrata. Yo lo trataré bien y haré siempre un buen trabajo. Así aportaré valor y aprenderé para tener un mejor trabajo.
Sana las Heridas del Pasado
Las heridas de tu pasado impactan en tu presente. Limitan tus pensamientos y tus acciones.
¡Cuántas veces proyectamos en otros frustraciones de heridas no sanadas!
Muchas veces pensamos que las heridas del pasado quedaron allí y somos poco conscientes de lo mucho que condicionan y afectan nuestras acciones presentes.
Algunos ejemplos:
Cuando tu pareja sale sin tí desconfías, porque alguien te ha traicionado en el pasado o te has sentido poco amado/a.
Intentas siempre quedarte con todo porque en el pasado te han dejado sin nada.
No quieres usar tu dinero por miedo a que te falte, porque siempre ha sido así.
Asfixias a tus vínculos por miedo al abandono, porque te has sentido abandonado/a con anterioridad.
Pisoteas a los demás porque te han pisoteado.
Gritas porque te has sentido poco escuchado.
Sometes a otros a tu voluntad porque te han sometido.
Y así podríamos seguir.
También puede pasar al revés: como tus padres fueron duros contigo, no pones límites a tus hijos. Eso también es proyectar en otros las heridas del pasado.
Y es muy dañino.
Una forma de vivir en la abundancia es aprender a sanar lo que ha pasado.
Que no significa hacer de cuenta que no ha sucedido, sino identificar las heridas que te han provocado en tu infancia, amigos, amigas, familiares, ex parejas, etc., ser consciente de cómo estas afectan tus acciones y reacciones e intentar modificarlas.
Perdonar no significa que te pidan perdón, sino decidir soltar esa ofensa, esa tristeza o ese rencor. Dejarlo ir.
Aprender a no juzgar al otro por lo que te ha hecho. No pretender que cambie de parecer o que admita su error.
Aceptar que esa persona es como es, o fue como fue, porque esas son las herramientas con las que cuenta/ha contado, y dejarla ir.
Cuando sanes las heridas del pasado no permitirás que condicionen tus acciones o tu vínculo con las personas, las cosas o las circunstancias.
Entonces, serás más libre para actuar. Y actuarás desde un lugar de abundancia.
Toma las Riendas
La tercera ley que Deepak Chopra enumera en su libro Las 7 Leyes Espirituales del Éxito, es la ley de causa y efecto.
Esta ley sostiene que “cosechamos lo que sembramos” y que todo en la vida es resultado de una acción anterior.
Así, el victimismo es otra forma de vivir en la escasez.
El pensar que eres víctima de las circunstancias, de otras personas, es depositar tu fé en el tener en lugar de en ser la persona en la que deseas convertirte.
Si piensas que tienes poco dinero porque tu jefe te paga mal.
O que estás donde estás por culpa del gobierno de turno.
O que si tus padres hubieran o no hubieran hecho tal o cual cosa, tu vida sería mejor.
Estás poniéndote en un lugar de víctima. De persona que depende de otras cosas para salir adelante.
Si deseas vivir con abundancia, abandona el victimismo y toma las riendas de tu vida.
Tu vida es la que tú eliges tener en un contexto dado. Es la consecuencia de tus decisiones.
Así que si deseas vivir en plenitud, con abundancia, necesitas comenzar a poner en práctica la intencionalidad.
Descubre cómo vivir intencionalmente. Lee también: Toma el control y Multiplica tus Resultados: 4 Simples Cambios que Mejorarán tu Vida.
Da sin Esperar Recibir
Dar sin esperar recibir nada a cambio suena como una locura, ¿a que sí?
En la sociedad actual, las personas que dan sin esperar recibir nada a cambio son vistas como tontas, ingenuas o demasiado buenas.
La lógica siempre nos lleva a pensar que todo lo que hacemos es para obtener algo, y es verdad.
Pero aquí entran en juego otras dos leyes del libro Las 7 Leyes Espirituales del Éxito, de Deepak Chopra.
La ley del dar (ley número 2) y la ley del desapego (ley número 6).
La ley del dar sostiene que nada es estático y que el universo opera a través de un intercambio dinámico, en el que todo circula.
Por ende, recibirás lo que das en algún momento. Debes dar abundancia si deseas recibir abundancia.
Para ser más específicos, debes construir el mundo que deseas tener.
Si quieres un mundo en el que reine la bondad, debes ser bondadoso. Si quieres un mundo sin violencia, no debes ser violento/a. Y así.
Piensa hoy qué estás entregando al mundo, y si es eso lo que te gustaría recibir.
“Si deseamos alegría, démosle alegría a otros; si deseamos amor, aprendamos a dar amor; si deseamos atención y aprecio, aprendamos a prestar atención y a apreciar a los demás; si deseamos riqueza material ayudemos a otros a conseguir esa riqueza”. – Deepak Chopra
La ley del desapego está muy relacionada a la ley del dar.
Sin el desapego es imposible concebir el dar. Porque sentirás que has perdido algo. Y entonces no lo estarás dando con libertad.
Dar sin esperar recibir es estar desapegado del resultado. Y eso te abre a nuevas posibilidades que quizás no habías imaginado.
Piénsalo así: si te obsesionas con que una planta crezca, quizás la riegas demasiado y la ahogas.
Si tienes apego por tu pareja, la asfixiarás y se terminará yendo.
Si tienes apego al dinero o a lo material, vivirás preso de la incertidumbre y preocupación constantes, y eso te esclavizará.
Si quieres desarrollar una mente con abundancia, debes entender que para dar, necesitas desprenderte del resultado y confiar en que si aportas valor y tus intenciones son buenas, recibirás algo bueno.
Descubre cómo practicar el desapego. Lee también: Desapego: La Clave Para Conseguir lo que Deseas
Controla la información que consumes
Este punto, aunque lo he dejado para lo último, es realmente el más importante.
Hasta hace un tiempo, me despertaba y lo primero que hacía era tomar el móvil.
Allí, comenzaba a mirar las redes sociales. Muchas veces (por no decir todas) me topaba con noticias desagradables publicadas por algún conocido indignado.
Me indignaba, compartía la noticia y ponía algún mensaje para que mis allegados “tomaran consciencia”.
Luego me disponía a desayunar, y ya estaba un poco molesta.
Escuchaba la radio y me enteraba de que alguien había muerto en un accidente, de que estaba cortada una avenida por una protesta, de que el gobierno había sacado una nueva medida injusta con los que menos tienen.
Camino al trabajo, me enojaba por el tránsito, insultaba a los conductores negligentes y llegaba y transmitía a mis compañeros lo difícil que había sido el viaje.
¿Te sientes identificado/a con algo de esto?
La información que consumimos todo el día “sitia” al cerebro en determinado lugar.
De esperanza o desesperanza. De indignación o de motivación. De ignorancia o de conocimiento. De abundancia o de escasez.
De vuelta, vivir en la abundancia no significa ignorar todo lo malo que pasa en el mundo, sino ser capaces de mirar eso con ojos de esperanza, de conocimiento sobre las mejores acciones a ejecutar, o decisiones a tomar.
Mirar el mundo en clave de aportar valor en lugar de quejarte por lo que está mal. Y desde la consciencia de que no puedes solucionar todo, pero de que siempre pero siempre puedes aportar valor.
Una clave para esto es gestionar tu estado de ánimo. Obtén claves para lograrlo aquí.
Conclusión
Vivir en clave de abundancia no es ignorar todo lo negativo y sólo ver lo positivo.
Esa mirada es muy nociva. Porque para vivir con abundancia es necesario vivir con los pies en la tierra pero los ojos en el cielo.
Es saber que en el mundo hay mucho para todos. Es tener la certeza de que hay más bien que mal en el mundo, y pararse desde ahí para encontrar lo que a tí te toca construir durante tu vida.
Esto es muy lindo, pero aplicarlo es muy difícil si no cuentas con herramientas prácticas concretas para plasmarlo en todos los aspectos de tu vida.
Por eso en este artículo te compartí algunos conceptos clave acerca de cómo generar una mentalidad de abundancia que te permita vivir una vida plena y feliz y aportar valor.
Después de todo, vivir en abundancia se trata de descubrir tu talento, aquello que se te da bien de manera natural, que te hace feliz, y como consecuencia, trae felicidad a otros.
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